Preguntas Frecuentes
El cold brew se elabora infusionando en frío un café de tueste
medio-oscuro, molido grueso, con agua durante unas 12-18 horas en la nevera; al cabo de ese
reposo, se filtra para obtener un concentrado suave y de baja acidez que se sirve sobre
hielo y se diluye al gusto con agua o leche. Guarda el líquido en una botella hermética en
la nevera y disfrútalo durante toda la semana.
El cortado suaviza un espresso con un chorrito de leche caliente y
casi sin espuma, buscando un trago compacto y equilibrado; el flat white, originario de
Australia/Nueva Zelanda, emplea un ristretto con más leche texturizada en microespuma,
logrando una textura más cremosa y sedosa. Aunque ambos mezclan café y leche, difieren en
proporciones y acabado.
Es aquel que proviene de una sola región, finca o incluso lote de
cosecha. Su trazabilidad permite apreciar características muy concretas de su terroir
(altitud, suelo, variedad), ofreciendo perfiles de sabor más definidos y
singulares que un blend.
- Tueste claro resalta acidez, notas frutales y florales.
- Tueste medio equilibra acidez y cuerpo, con matices de caramelo o frutos secos.
- Tueste oscuro potencia amargor y cuerpo, aportando sabores a chocolate y tostado profundo.
Guárdalo en un envase opaco, hermético y a temperatura ambiente,
lejos de luz, calor y humedad. Moler justo antes de preparar y comprar lotes pequeños
(250-500 g) ayuda a preservar aroma y sabor hasta 2-3 semanas tras el tueste.